¿Qué revista falta en el Kiosko?

El mercado editorial de las revistas impresas vive, como todo el sector del papel, una importante crisis tras el auge y la consolidación de las tecnologías digitales. No es ningún descubrimiento esto que estamos comentando, y solo hace falta echar un vistazo a las estadísticas y a las cifras de ventas para comprobar que las revistas-de-toda-la-vida tienen cada vez más complicada su supervivencia. 

Sin embargo, el mermado mercado revistero tiene una oportunidad de negocio en los pequeños nichos y en la ultraespecialización de temas que el mercado no cubre. Eso por un lado; la otra pata imprescindible para seguir existiendo es la excelencia, el hacer un producto de una altísima calidad en cuanto a contenidos, y de un atractivo diseño y maquetación que haga del resultado final un producto premium. Sin ambas premisas, cualquier producto editorial corre el riesgo de naufragar en el océano del Kiosko. 

Tras dejar esto claro, y sabiendo que el proceloso mar de revistas que buscan salvarse es extenso, también nos planteamos: ¿falta algún producto editorial -nuevo- que podría tener hueco en pleno 2018?Claramente sí. Falta una revista mensual de contenido político (pero no sólo político), de análisis de calidad, de reportajes en profundidad, de entrevistas de calado... De diseño moderno, visual, atractivo, fotográficamente solvente... Y que además del contenido de análisis político e informativo de calidad (ojo, no por ello incomprensible para el lector general, no estamos hablando de una revista para politólogos), ofrezca una selección de lifestyle, de moda, conciertos, cultura, etc. 

Con la desaparición de Tiempo y de Interviú, y años antes de Época y Tribuna, las revistas políticas han tocado suelo. Sí, es cierto que sobreviven El Siglo o Cambio16. En este último caso, pese al profundo rediseño, la nueva maquetación, el nuevo enfoque, el proyecto no acaba de cuajar, en parte por el extraño formato que han adoptado, y por un cierto desgaste de la marca que no acaba de desvincularse de ser “La publicación de la Transición de 1978”. Otra de las supervivientes es Diario16, en formato mensual, que merece un análisis aparte.

Volviendo al tema: ¿hay hueco? Sí, y más en un contexto sociopolítico como es el actual en el que España (y Europa) se están reconfigurando los sistemas políticos, electorales y constitucionales. En un contexto de segunda transición falta una revista que sirva de guía y de análisis para todo el cambio que está por llegar en los próximos 12-24 meses. Una revista que den ganas de comprar porque esté bien escrita, esté bien hecha, bien maquetada, hasta, que hasta huela bien, si ustedes me permiten. Editores valientes, por favor, anímense. Tendrían un comprador seguro. Y seguro que más de un comprador. 

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